MANIFIESTO
Resulta intrigante de verdad, el poder fijador de las imágenes. Uno nunca llega a acostumbrarse.
Están los espejos, también los reflejos imprevistos, pero la imagen congelada, el retrato a traición o incluso el fingido, desarma. O rearma, según se mire. Da ilusión de consistencia, de solidez, de permanencia; de batalla ganada contra el tiempo, que todo lo arrasa, sobre todo los intentos de coherencia que, torpemente, nos proponemos implementar en este caos sin estructura que llamamos nuestra vida… Mira la angustia, el empeño, la desesperación por mantenerse ahí, en el instante preciso, por encima de todas las cosas y vivo, muy vivo, en cada pliegue y recoveco que esconden, asombrosamente, las cosas, si las escarbas.Read more